Nuestro Valor
Estos son los tipos de conversaciones que se dan normalmente cuando le preguntas a una persona si cree en Dios, y le preguntas ¿Donde esta Dios?, y su respuesta en el tipo de dios que cree es:
“Yo adoro el dios que está en todo,”
“¿Está dios, también, en este carro? Preguntas, señalando hacía el carro contra el cual estaba recostada.”
“Bueno, el carro está fabricado de minerales, así que, creo que sí”.
“El basurero es hecho de minerales, ¿Está dios en el basurero también?”
“Supongo que sí”. Responde
“Pues, si el basurero es dios, y tú eres dios, ¿Que te hace más valiosa que el basurero?”
A esta pregunta, no dan respuesta. Desde su perspectiva de la realidad, ella o el no tenían base intelectual para contestar lógicamente el por qué. Como veremos, solamente el cristianismo da la base para explicar inteligentemente el por qué los humanos tienen valor.
La gente batalla para explicar su valor. Bertrand Russell, filósofo británico, finalmente concluyó que no tenemos valor porque él no vio propósito para la existencia del hombre. Él escribió:
El hombre es el producto de causas que no previeron el resultado de lo que estaban realizando.
Su origen, su crecimiento, sus esperanzas y temores, sus amores y creencias,
sencillamente son el resultado de colisiones accidentales de átomos.
Ningún fuego, ni pensamiento intenso, o sentimiento puede preservar la vida de un individuo más allá de la tumba.
Toda la labor de siglos, toda la devoción, toda la inspiración, todo el apogeo del genio humano, está destinado a extinguirse en la vasta muerte del sistema solar.
Clarck Pinnock, Set Forth Your Case
Russell llegó a esta conclusión porque pensó que la realidad no es más que el universo físico. De igual manera parece pensar George Wald, profesor de Química de la Universidad de Harvard, quien cree que únicamente existen moléculas y energía física. En uno de sus discursos, declaró que hace 400 años existió un grupo de moléculas llamado Shakespeare y este grupo molecular produjo la obra Hamlet.
Francis A. Schaeffer, How Shal We Then Live?
Si la realidad no tuviera dimensión espiritual, entonces lo único que nos quedaría es el universo físico. En verdad, la realidad es mucho más que esto. La gente no puede librarse del anhelo por conocer su valor. El arqueólogo Geoffrey Bibley tiene la misma inquietud; él quiere que su trabajo tenga importancia. En el libro titulado, Looking for Dilum, él escribió:
“Y cuando un día, todo haya sido dicho y hecho, cuando la última cesta de tierra haya sido sacada de las excavaciones arqueológicas, y la última palabra del último reporte haya sido escrita, ¿Qué importancia habrá tenido todo?
Clarck Pinnock, Set Forth Your Case
Si no existe la realidad espiritual, entonces una persona sería solo un grupo de moléculas, y las moléculas son simplemente moléculas. Si destruyo un vaso desechable, sencillamente he reestructurado un grupo de moléculas. Si destruyo a una persona, ¿estaré sencillamente reestructurando moléculas?
Si fuéramos tan solo materia física estructurada al azar, ¿Por qué nuestra vida tiene más valor que un tomate podrido? ¿Qué diferencia hay entre la gente y un tomate podrido? Total las dos cosas son un conjunto de moléculas. Y ¡Moléculas son moléculas!
Pedro Práctico puede decirnos que somos más valiosos que un tomate podrido porque podemos hacer lo que los tomates podridos no pueden hacer. Pero ¿Qué valor tiene nuestro trabajo? No habría valor si no hubiera propósito para hacerlo.
Pedro quizás diría que debemos trabajar para sobrevivir. Sin embargo, ¿Qué importa si sobrevivimos? ¿Estamos vivos solo para vivir? Si es así, ¿Para qué vivir?
Algunos dicen que existimos como consecuencia de la actividad casual de la evolución. Esto significa que existimos por accidente. Si por accidente no existiéramos, ¿qué diferencia habría? El filósofo Francés, Jean Paul Sartre, concluyó:
Que no hay una manera lógica para explicar nuestro valor.
La vida es totalmente absurda, y la muerte es la absurdidad
final que acaba lo que el nacimiento comenzó.
Benito Biólogo nos diría que nuestra vida tiene valor porque somos más complejos que un tomate podrido. Podemos hacer lo necesario para sobrevivir. Pero, ¿Para qué sobrevivir? ¿Con qué propósito? No hay valor en funcionar, o sobrevivir, a menos que cumpla un propósito.
Supongamos que Eva Evolucionista dice que tenemos valor porque somos la forma de vida más elevada. ¿Sobre qué base decidimos cuál es la forma de vida más elevada? Quizás ese titulo debiera ser concedido al pez. Después de todo el pez puede nadar mucho mejor que nosotros. Si hubiera un diluvio, el pez tendría mayor probabilidad de sobrevivir (si es que hay valor en sobrevivir).
A lo mejor un chimpancé podría dar un paso al frente y llevarse el premio por “La Forma de Vida Más Alta.” Después de todo es hasta cinco veces más fuerte que el ser humano, y hasta siete veces más coordinado que el hombre. ¡Que gran adquisición sería para un equipo de baloncesto!
¿O será que debiéramos llamar a la jirafa la forma de vida más alta? Puede alcanzar lo más alto. Es obvio que no hay base para llamar a un grupo de moléculas “la forma de vida más elevada.” ¡Moléculas no son más que moléculas!
¿Por qué somos valiosos? El budismo, el hinduismo, o el confucianismo, no pueden contestar esa pregunta. Se aferran a una filosofía llamada panteísmo. Según ellos, Dios tiene muchas formas. Es como que Dios fuera sencillamente materia prima. Esta materia se convierte en nubes y arco iris. Se transforma en personas. Y también toma la forma de basura y tomates podridos. Dios no es nada más que “materia divina”.
Si el tomate podrido es materia divina, ¿Cómo es que tenemos más valor que un tomate podrido? El tomate podrido y la gente son igualmente dios, ya que materia divina es materia divina. Dios en una forma no tiene más valor que dios en otra forma. Un tomate podrido hecho de materia divina tiene exactamente el mismo valor que gente hecha de materia divina. Todo carece de valor por igual.
Así es que las religiones orientales no dan base para valorar a nadie. Shankara, un maestro espiritual, pregunta:
“¿Quién eres? ¿Quién soy? ¿De dónde vengo?
¿Quién es mi madre? ¿Quién es mi padre?.
Piensa en todo esto como si no tuvieras substancia. Ponlo todo en la fantasía de los sueños.”
No somos gente real; somos una forma de dios.
R.C. Zaehner, Mysticism: Sacred & Profane
Entonces no existe la manera de definir a este dios porque el tomate podrido también es una forma de dios. Por lo tanto, decir que somos dios, es igual a decir que todos somos parte de una masa sin forma. En vez de proclamar “¡Yo soy dios!” ¿Por qué mejor no digo, “¡Yo soy una masa sin forma!?” Nada es único, diferente, o especial. No tenemos más valor que un tomate podrido. Por eso Buddhagosa dice,
“Estoy en ningúna lugar, soy un algo para quien quiera.”
Buddhagosa
Tales religiones enseñan que no debemos atesorar nuestra existencia individual. En su lugar, imaginate a ti mismo como la extensión de todo lo demás. El místico oriental, Meher Baba, nos dice,
“una verdadera fusión de lo limitado en el océano de la vida universal
involucra total rendición de existencias separadas en todas sus formas”
Os Guiness, The Dust of Death
Sería una ilusión pensar que tenemos nuestra propia y separada existencia. ¿Está él en lo correcto al asertar que solo somos una ilusión? Si es así, ciertamente no tenemos valor pues no hay valor en una ilusión.
El Budismo Zen también nos dice que no somos reales. Nos presenta una imagen como
“entrando al agua sin producir oleaje.
La mente del hombre es como el viento en el
pino de una pintura hecha con tinta japonesa.”
Francis A. Schaeffer, The God Who Is There
Este punto de vista niega nuestra verdadera realidad, al decir que somos tan irreales como el viento de una pintura. Los Budistas Zen dejan claro que la creencia de una persona en su existencia individual es solo una ilusión. Esto niega totalmente lo que nuestra conciencia nos dice, y va en contra de la verdad revelada en la Biblia.
La perspectiva panteísta Hindú de la realidad está destruyendo a las personas de India. Caen victimas de una existencia sin valor. Sus vidas pasan inadvertidas como meras formas de materia divina, están atrapados en un ciclo vicioso, pasando por una innumerable cantidad de vidas, volviendo a vivir vez tras vez. Están atrapados en una existencia sin proposito. Puede que una vez reaparezcan en forma de vaca y la próxima en forma de rata.
En el libro The Dust of Death, Os Guinness escribe:
Varias veces, estando en Nueva Delhi, vi gente poner ratas en el jardín del vecino, rehusaban matarlas debido a sus creencias religiosas. Un experto de las Naciones Unidas me dijo que cada año en India, las ratas comen suficiente comida como para alimentar a toda la población de Canadá. Sin embargo, nada puede hacerse debido a los tabúes religiosos.
El hinduismo dice que todas las cosas son sencillamente materia divina. Para ellos las personas no tienen más valor que las ratas. Por lo tanto, las ratas devoran la comida y el hambre aflora – todo porque las personas no se ven a sí mismas más especiales que una rata.
La verdad es que la gente tiene un gran valor. Ellos lo perciben. Su creencia en el panteísmo trata de arrancar esa verdad de su conciencia, aun así no tiene mucho éxito. La cultura hindú contradice al panteísmo por la forma en que viven. Dicen que la gente no tiene valor; sin embargo han construido un sistema arbitrario de valores. Este sistema se llama el sistema de castas.
En el sistema de castas, algunas personas son llamadas casta alta y por consiguiente extremadamente valiosas. Otras personas son de casta baja. Se dice que todos los animales también pertenecen a una casta. No hay razón inteligente ni suficiente para decidir a que casta ha de pertenecer la gente. Es totalmente arbitrario; simplemente asigna un valor injusto a todo.
Tal vez mi familia fue asignada a ser la casta de “barrenderos de la calle”. Entonces, yo también nací para ser un barrendero. Y eso es lo que mis hijos serán. Yo no barro las calles para limpiarlas, las barro porque soy un barrendero. No importa si lo hago bien o si lo hago mal, no puedo mejorar el destino de mis hijos. Por lo tanto, no tengo razón de trabajar duro, o con excelencia. ¿Cuál es el resultado? La productividad económica sufre.
El gobierno de India ha trabajado duro para erradicar de la nación el sistema de castas. Sin embargo, no ha tenido éxito. La gente se aferra al sistema de castas. Prefieren tener un sistema injusto de valores en lugar de la ausencia del mismo. Si se deshicieran del sistema de castas, su creencia que todo es “materia divina” les diría que son iguales a un tomate podrido. Así que el sistema de castas continua, causando que India tenga uno de los niveles más bajos de vida en el mundo.
En Japón, el Budismo tampoco satisface las necesidades de la personalidad humana. Os Guinness habla de Issa, un poeta japonés del Siglo XVIII. Él tuvo una vida muy triste. Todos sus cinco hijos murieron antes que él cumpliera 30 años de edad. Posteriormente, su esposa también murió. Issa fue a consultar a un maestro Zen. El maestro le persuadió a creer que el mundo es como el rocío. Tal como se levanta el sol y se evapora el rocío, así es el circulo del sufrimiento. La tristeza es momentánea; la vida es pasajera, el hombre no es eterno. ¿Será solo por un momento de ilusión que la fantasía del lamento y luto lanzan sus dardos imaginarios?
Issa, el fiel creyente Zen, debe decir,
“El mundo es rocío.” Pero,
Issa, el padre, el esposo, el ser humano,
tiene que andar en la obscuridad del
lamento donde el Zen no alumbra.
Issa escribió:
El mundo es rocío,
y sin embargo,
y sin embargo...
¿Por qué tal agonía desgarraba a Issa? ¡Por qué el Zen está equivocado! Issa nunca tuvo que haber quedado sin respuesta de la verdadera importancia y valor de la vida.
La Respuesta Bíblica
La Biblia nos dice que Dios nos creó para un propósito especial, y con un diseño particular para poder cumplir ese proposito. Dios nos creó para vivir en una eterna relación de amor con Él y con nuestros semejantes. Es un propósito de gran valor porque durante toda la eternidad pasada, la Trinidad ha vivido junta en perfecta relación.
Piensa en la belleza de la relación amorosa que existe en la Trinidad. La Biblia nos dice, “Dios es amor”
I Juan 4:8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
. El amor anhela dar. Amor infinito ansia dar infinitamente. Pero Dios debe darlo sabiamente, de lo contrario Él dejaría de ser amoroso. Aun así, nuestro infinito Dios quiere dar infinitamente.
Imagina la belleza de la relación dentro de la Trinidad.
¿Puedes ver a Dios el Padre diciendo a Jesús...?
Marcos 10:45 Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
“Gracias por servirme.
No importa que decida hacer, tú lo haces ansiosamente por mi. Dime ¿Qué puedo darte para demostrarte Mi amor por ti?”
“¡No, No!” Dice Jesús. “Tú me has traído tanto gozo con todo lo que ya me has dado. Permíteme darte algo a ti”
“¡No, Yo inicié esta conversación porque yo quiero regalarte algo a ti!”
Entonces, Jesús le pregunta al Espíritu Santo, “¿Qué puedo darte?” “Tú también me traes mucho gozo. No importa lo que estoy haciendo, de inmediato vienes a preguntarme si me puedes asistir en algo. Tú me das tanto consuelo y ánimo ¿Qué te puedo dar?”
“Nada, tú ya me has dado demasiado, solo permíteme darte algo a ti.”
“No, yo pregunté porque quiero dar.”
Así que el Espíritu Santo le dice al Padre, “Padre, tu liderazgo es maravilloso. No hay nada más especial que la guía que nos das. No hay nada más inteligente, ni más sabio. Tú nos diriges a hacer las cosas más amorosas y valiosas. Te amo tanto ¿Qué puedo darte?”
“¡No, no!” Dice el Padre, “Yo inicié toda esta platica porque yo quería dar. “Jesús, ¿Estas seguro que no hay nada que te puedo dar?”
“No, no hay nada.”
“Espíritu Santo, ¿Hay algo que pueda darte?”
“No, Padre”
“Bueno, tenemos amor infinito para dar. ¿Por qué no extendemos nuestro círculo de relaciones? Vamos a crear otros seres quienes puedan recibir nuestro amor, y amarnos de vuelta.”
Entonces, juntos, en perfecta unidad, la Trinidad exclamó, “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza...
Génesis 1:26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
” Estas maravillosas palabras surgieron de lo profundo de Su ser resonando con gozo y anticipación.
Dios nos hizo a su imagen para darnos la capacidad de tener compañerismo. Somos diferentes a los árboles. Ellos no tienen la imagen de Dios porque Él los hizo con otro propósito.
Somos valiosos a causa de ser creados, pues fuimos hechos a imagen de Dios para relacionarnos con Él. Dios definió nuestro valor. Aunque hemos pecado y no hemos vivido en el propósito por el cual fuimos creados, Dios ha mostrado cuanto nos valora.
Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Ya que Dios no quiere que nuestras vidas se pierdan, Jesús murió por nosotros. Él no hubiera muerto para rescatar un tomate podrido del basurero. Somos enormemente más valiosos y Jesús murió para que no pereciéramos.
En contraste, la filosofía oriental deshecha a las personas, llamandolas sencillamente ilusiones. La filosofía evolucionista occidental nos dice que las personas no son más que estructuras moleculares casuales. Solo el cristianismo nos trae de vuelta al valor eterno de la relación con nuestro Creador.
El Valor Humano Establecido por Dios
Jamás podremos cambiar nuestro valor por lo que hacemos. No podemos hacernos más valiosos o menos valiosos. Dios definió nuestro valor. De cualquier forma encaramos una pregunta crucial. ¿Viviremos de acuerdo a nuestro valor, ó desperdiciaremos nuestra vida? No debemos desperdiciar nuestra vida.
Hemos de escoger vivir conforme al valor de Dios y a nuestro valor. Tampoco tenemos el derecho de ignorar el valor de otra persona. No obstante, eso es exactamente lo que el movimiento “pro-aborto” promueve. Ignora el valor de un bebé que no ha nacido (embrión), como si fuera algo sin importancia. Lo desechan como si fuera tan solo una masa de tejido fetal. Pero su valor demanda que no sea abortado.
Dios nos creó con la capacidad de tomar decisiones y escoger, pero Él nunca nos dio el derecho de hacer lo que nos dé la gana. Es tan erróneo mutilar a un bebé que no ha nacido como lo es matar a cualquier hombre, mujer, niño, ó niña. Aunque tomemos innumerables decisiones en la vida, nunca podemos estar a favor de toda decisión. Aquel pequeño embrión tiene el mismo valor que aquella persona quien ha recibido el propósito dado por Dios, y el maravilloso diseño a Su imagen. El valor del bebé demanda que el aborto sea una decisión ilegal.
Aunque Dios nos dio la habilidad para escoger, Él también dio limites sabios y amorosos para lo que escogemos. Legítimamente no podemos decidir ignorar el valor que Dios ha dado.
La Importancia Humana
Nuestra vida tiene gran importancia. Tenemos tremendas habilidades de personalidad. Podemos pensar, razonar, imaginar, crear, y recordar. Poseemos emociones que traen gozo a las experiencias que vivimos. Nuestra conciencia examina todo lo que procuramos hacer para juzgar si es correcto. Y con nuestra voluntad, originamos nuestras propias acciones sin importar que influencias internas y externas enfrentamos.
Nosotros escogemos que influencias seguiremos, teniendo el poder de decir “si”o “no” a una influencia buena o a una influencia mala. Por lo tanto somos responsables y rendiremos cuenta por nuestra vida.
Importancia y Decisión
Tenemos la increíble habilidad de originar nuestras propias acciones sin importar que influencias externas e internas enfrentamos. Encaramos influencias tanto externas como internas que apelan a que escojamos una variedad de cosas. No obstante, cualquier influencia puede ser aceptada o rechazada. No son fuerzas irresistibles.
Debemos escoger entre las influencias que enfrentemos, y procurar el camino de mayor valor. Pablo escribió,
I Corintios 10:13 “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea común a los hombres; y fiel es Dios, que no permitirá que vosotros seáis tentados más allá de lo que podéis soportar; sino que con la tentación proveerá también la vía de escape, a fin de que podáis resistirla.”
En este verso, Dios nos garantiza, basado en Su fidelidad, que Él nunca dejará que una influencia llegue a ser tan fuerte que sea irresistible. Dios siempre provee una vía de escape. Por Su gracia, podemos soportar cualquier tentación que enfrentemos. Con todo derecho, Dios espera que vivamos en la relación para la cual nos creó.
El Propósito de Dios Para Nosotros
¡Somos preciosos para Dios! Él tiene grandes propósitos para nosotros. Esta idea, de un propósito, tiene tres diferentes sentidos:
1. ¿Cual es la razón de tu existencia?
2. ¿Qué estás haciendo con tu existencia?
3. ¿Por qué haces lo que haces?
1
Considera primero la maravillosa razón de existir. Nuestro gran y amoroso Dios nos diseñó a cada uno para tener una relación con Él.
Colosenses 1:16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
Él simplemente quiere amarnos. Dios no está tratando de manipularnos egoístamente.
Galatas 5:1 “Para libertad fue que Cristo nos hizo libres.”
Así, Él trabaja para guíarnos a genuinas relaciones amorosas de las cuales podemos obtener actividades saludables.
2
Piensa en el asombroso propósito por el cual hemos de entregar nuestra vida.
Jeremias 29:11 “Porque yo sé los planes que tengo para vosotros - declara el Señor - planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza”
Cada uno de nosotros debe invertir su vida en algo más grande que la vida misma. ¡Dios tiene un destino para nosotros! No vivimos simplemente para vivir; si fuera así, trabajaríamos solo para ganar dinero, para comprar comida, para tener energía, para ganar dinero, para comprar comida, para tener energía, para ... ¡No! La vida es más que esto. Dios nos dio a todos una razón por la que vale la pena morir.
Debemos usar nuestras habilidades de forma creativa para alcanzar los propósitos eternos que Dios, en Su amor y sabiduría, ha planteado. Dios tiene un destino para todos nosotros.
Jeremias 29:11Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo.”
Dios tiene metas grandes para nuestras vidas, proyectos inmensos. Por Su gracia seremos victoriosos. El apóstol Pablo escribió,
Romanos 5:17 “...mucho más reinarán en vida por medio de uno, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.”
3
Finalmente, propósito tiene que ver con el motivo del por qué haces lo que haces. ¿Cuál es el tesoro de tu corazón? Jesús dijo,
Mateo 6:21 “porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.”
Últimamente o atesoramos hacer lo que nos agrada, o nos comprometemos totalmente a hacer lo que sea que Dios dirija. O procuramos supremamente nuestros propios intereses egoístas, o valoramos a Dios y Su voluntad sobre todo lo demás.
Por ejemplo, supongamos que Kiko y Ñoño trabajan en La Hamburguesa Grasosa y Cía. Ambos trabajan para ganar dinero. Los dos quieren ganar dinero para poder ir al Seminario, y los dos quieren estudiar para ser Pastor. Pero Kiko quiere ser Pastor porque él ama a Dios supremamente. Ñoño es diferente. Él quiere ser Pastor porque esta es la forma para lograr el tesoro de su corazón - el aparentar ser justo delante de los hombres.
Cualquier acción es pecado cuando la intención suprema detrás del acto es egoísmo. Jesús examinó las actividades religiosas de los fariseos y las rechazó diciendo,
Mateo 23:5 “...hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres...”
Jesús nos dice,
Mateo 13:35 “El hombre bueno de su buen tesoro saca cosas buenas; y el hombre malo de su mal tesoro saca cosas malas.”
Hay una razón detrás de tus acciones, y hay una razón detrás de esa razón. Posiblemente hay una cadena de razones, pero al final hay una razón suprema o última, por la cual haces los que haces. Jesús llamó a esto el tesoro de una persona, y dijo,
Mateo 6:21 “porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.”
Es lamentable que algunas personas piensan que servir a Dios sería horrible. Dios simplemente quiere que cumplamos nuestro propósito. Él quiere que vivamos de acuerdo al diseño que nos dio. Dios nunca nos creó para vivir en pecado.
La verdad, Dios es el más calificado para dirigir nuestra vida. Él es tanto bueno como sabio. Él es tanto amoroso como infinitamente inteligente. Dios cuida de procurar el máximo bienestar para toda Su creación. Por lo tanto, nunca deberíamos pensar que obedecer a Dios sería gravoso,
Galatas 5:14 “porque toda la ley en una palabra se cumple – amor.”
En cierta ocasión, un joven, maestro religioso, le preguntó a Jesús cuál era el mandamiento más grande. Jesús le respondió,
Mateo 22:37 “Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.”
Esto quiere decir, amar a Dios con toda tu existencia. Después, Jesús le dijo a aquel joven maestro que el segundo mandamiento es como el primero,
Mateo 22:30 “Y amarás a tu prójimo como a ti mismo.”
Esto es un llamado a hacer un compromiso El amor demanda obligaciones. Jesús dijo,
Juan 15:13 “Nadie tiene un amor mayor que éste: que uno dé su vida por sus amigos.”
Siendo amigo de Dios, Josué retó a Israel a servir al Señor, y concluyó declarando,
Josue 24:15 “...pero yo y mi casa, serviremos al
Señor.”
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